Durante
los años 50 del siglo XX se va a iniciar en España una emigración económica
hacia los países más industrializados de Europa, intensificándose a partir del
Plan de Estabilización de 1959 y durante toda la década de los sesenta hasta la
crisis del petróleo en 1973. En total, van a ser más de 2.000.000 de personas
las que van a abandonar nuestro país para buscar un mayor nivel de vida en la
Europa rica.
Las
causas señaladas por los investigadores para explicar este fenómeno migratorio
tienen origen interno, como la elevada natalidad, la pobreza de buena parte del
campo español y los bajos beneficios de la agricultura así como el débil
desarrollo de la industria en España. De la misma forma, se señala también un
origen externo basado sobre todo en el fuerte desarrollo industrial y la
necesidad de reconstrucción de la Europa de posguerra, así como la necesidad de
abundante mano de obra.
Atendiendo
al número de emigrantes por comunidades autónomas, destacan por encima de las
demás Andalucía y Galicia concentrando casi el 50% de las salidas, seguidas a
gran distancia por Castilla y León, Madrid y la Comunidad Valenciana. Sobre las
dos últimas cabe destacar que muchos de esos emigrantes procedían del campo
español que ya habían realizado una primera migración campo-ciudad.
En
cualquier caso, el perfil del emigrante español siempre era el mismo, personas
procedentes del campo español, sumidos en la miseria radical, con pocos o nulos
estudios ni capacitación profesional alguna cuya única esperanza para
sobrevivir ellos mismos y los familiares que quedaban en España era esa humillante
emigración a Europa, especialmente a Alemania.
El
documental “El tren de la memoria” cuenta el regreso de una persona que
recuerda el momento en el que cientos de miles de españoles emigraban a
Alemania durante los años sesenta y el reencuentro con una compañera suya que
decidió quedarse en Alemania como trabajadora social en Cáritas y la comunidad
de emigrantes que aún quedan en ese país.
Expresa
perfectamente las miserias de la España rural y la necesidad de emigrar, así
como el momento histórico y la masiva emigración de personas sin formación y
proveniente del campo español, llenando trenes de desheredados hacia el corazón
de Europa. Las imágenes sobre el trabajo en el campo y su pobreza impactan
tanto o más que esos trenes cargados de emigrantes.
Una
vez llegados a Alemania, se les hacía saber que eran diferentes e inferiores. Los
emigrantes españoles eran tratados como si fuesen presos sin ningún tipo de
derechos, en algún momento del documental me recuerda el trato ofrecido y la
organización de los campos de concentración nazis. Se les hacía perder su
dignidad y eran apartados del resto de la población, viviendo en barracones cercanos
a sus puestos de trabajo, sin ningún tipo de servicios básicos y con estrictas
normas de convivencia, separando a hombres y mujeres, incluso a los casados. En
definitiva, los trabajadores españoles fueron entregados a Alemania para que
las autoridades y las empresas les manejasen a su antojo y fueran tratados casi
como esclavos.
El
choque cultural también era muy importante, teniendo en cuenta que Alemania
disfrutaba de un nivel económico y social muy avanzado, especialmente en esta
época después de la reconstrucción alemana, contrastando fuertemente tanto con
la miseria de los emigrantes españoles, como con su baja formación, en la
mayoría de los casos se trataba de analfabetos y también el contraste de
culturas, los españoles muy apegados a su tradición católica y a sus costumbres.
Los
dos millones de españoles emigrados fueron a parar a las fábricas alemanas
convirtiéndose en obreros, separados de los alemanes que obviamente ascendieron
en sus puestos al llegar esta inmensa cantidad de mano de obra barata. Fueron a
parar a todos los sectores, desde el textil hasta la mensajería.
El
documental también habla de sentimientos, expresa la dureza del exilio, la
melancolía, los recuerdos de sus familiares y seres queridos, las largas horas
en los barracones pasando frío y necesidades, el intercambio de experiencias,
etc.
Nos
enseñan las barracas en las que vivieron estos emigrantes, sin ningún tipo de
comodidad, de hecho, habían sido construidas y utilizadas con anterioridad como
caballerizas. Este punto, nos señala claramente lo que representaban los
emigrantes españoles para las autoridades y empresarios alemanes, mano de obra
barata que no generaría conflictividad social y que haría funcionar sus
prósperas fábricas y empresas que a la postre harían realidad el gran
desarrollo económico alemán y el despuntar como uno de los países más
desarrollados del mundo y líder y motor de la actual Unión Europea.
Los
protagonistas del documental nos cuentan como también la sociedad alemana les
humillaba, les hacían sentir distintos e inferiores. Posteriormente vino el
hacinamiento en barrios muy pobres donde vivían varias familias en un mismo
apartamento, trabajando a doble turno y sin poder verse las familias en toda la
semana, incluso teniendo que mandar a los hijos a España para que los cuidasen
los abuelos y otros familiares.
Por
otra parte, los alemanes necesitaban esa mano de obra y su baja conflictividad
pero a su vez, debían esconderla y mantenerla apartada de una sociedad avanzada
con costumbres cosmopolitas y acostumbrados a pensar como había dicho el
nazismo unos décadas antes “una raza superior”, y eso realmente es lo que
parecía y como se mantenían las diferencias con los emigrantes españoles. El
documental muestra también la frialdad y la dureza del capitalismo, el lado más
oscuro de la revolución industrial, miles de obreros trabajando a ritmo
frenético para abastecer a unas máquinas que nunca paran, nuestra protagonista
cuenta como le parece imposible en un primer momento llegar a poder asimilar
aquella velocidad a la que funcionaban las máquinas.
El
momento histórico y el fenómeno migratorio plasmado en el documental destruye
el mito que la propaganda franquista se encargo de publicitar y desmiente las
versiones oficiales, mostrando con toda crudeza la realidad que vivieron los
emigrantes españoles, la vergüenza que sintieron en tantas ocasiones, la
humillación continua a la que estuvieron expuestos, el rechazo cultural y humano,
mientras que mantenían a sus familias en España. Fueron maltratados doblemente
a su vuelta cuando se encontraron que sus familiares habían encontrado buenos
trabajos en España mientras ellos mantenían esas familias desde el extranjero y
a su llegada se encontraron con que tampoco tenían trabajo en España porque
quienes se habían quedado los habían ocupado.
El
responsable de emigración en ese momento lo describe como una operación
ejemplar, con todos los movimientos estudiados y organizados desde el gobierno
español junto con el alemán. La dictadura franquista se encargaba de difundir
su propaganda de orden, alegando que todos los españoles llegaban con contrato
de trabajo y eran alojados en hoteles cuando la realidad que presenta el
documental es en todo contraria a esa propaganda, incluyendo esa tan aireada
falacia que se repite hasta la actualidad de que los españoles emigrantes
salían de España con contrato de trabajo. El documental desmonta también esa
mentira señalando que la mitad de esos dos millones de españoles emigraron sin
contrato laboral.
Otro
aspecto ofrecido por el franquismo era el de la superación y la mejora
económica, la supremacía de la cultura española y las buenas y cordiales
relaciones entre españoles y alemanes, así como el intercambio cultural y el
hermanamiento. El documental ofrece la cruda realidad y las mentiras del
régimen franquista. Los protagonistas nos cuentan directamente, la vergüenza y
la humillación a la que se vieron sometidos, separados de la población alemana
con la que tenían el mínimo contacto en los centros de trabajo, sometidos a
normas estrictas que recuerdan los campos de concentración nazis.
Los españoles
que venían a España de vacaciones echaban el resto en presumir sobre el
bienestar económico del que disfrutaban en Alemania y hasta el cine llevó a sus
pantallas este hecho que también niegan los protagonistas de este documental,
aclarando que incluso muchos de estos emigrantes decidieron no volver a España
por la vergüenza que les causaba el no haber conseguido prosperar tal y como la
propaganda franquista había conseguido transmitir a la sociedad española.
La
propaganda ofrecida por el régimen franquista, especialmente en el NO-DO,
ofrece una imagen totalmente tergiversada de la integración de los emigrantes
españoles y de su acogida, del cariño y la hospitalidad alemanes y del
intercambio cultural. La postura oficial sobre este momento histórico fue otra
forma de engaño general a la sociedad española, difundida por todos los medios
de comunicación y asimilada por una sociedad sin posibilidad de contrastar
información.
El
objetivo había sido marcado en el Plan de Estabilización y las remesas de los
emigrantes fueron decisivas en el desarrollo español, por ese motivo se hacia
esa propaganda.
Finalmente,
algunos emigrantes, junto a la izquierda alemana y alentados por ella llegaron
a tener una conciencia de clase y descubrieron que habían estado sometidos
durante años. En ese momento comenzó una nueva fase en la que la conflictividad
social comenzó a ser un problema para los empresarios, se había acabado en
buena parte ese sometimiento y habían descubierto su fuerza gracias a la gente
comprometida, aunque minoritaria y comenzaron las huelgas para pedir derechos,
para pedir unas condiciones mínimas de vida e incluso se comenzó una lucha
contra la dictadura franquista con la que la clase obrera alemana llega a
solidarizarse. Tanto es así, que el régimen franquista empieza a vigilar de
cerca a la comunidad emigrante por su deriva obrerista e incluso hacia el PCE.
Las casas de España y las campañas dirigidas desde nuestro país estaban
dirigidas a que los emigrantes pensaran y estudiaran lo menos posible y
recibieran solo la información y sobre todo las fiestas y la cultura española.
Esa era la forma de combatir del régimen al nuevo pensamiento de una buena
parte de los emigrantes españoles. De hecho, el régimen franquista ofrecía la
“operación patria” para contrarrestar cualquier forma de desvinculación del
franquismo por parte de los emigrantes. Nuestros protagonistas cuentan como se
trataba de una nueva forma de humillación hacia sus compatriotas en el
extranjero.
El
documental me interesa como posible fuente de investigación para estudiar el
fenómeno racista y xenófobo del nazismo alemán y la posterior evolución en el
comportamiento de la sociedad alemana con respecto a los emigrantes, primero
aceptándoles como mano de obra barata que solucionaba su necesidad de falta de
mano de obra y posteriormente su desprecio, a partir del inicio de la crisis en
1973 y la acusación dirigida a estos inmigrantes de ser culpables del paro
entre la población germana y el odio a los extranjeros. El estudio entraría a
considerar este fenómeno en la actualidad y ampliado al resto de Europa pero
centrado en nuestro país y esa peculiar visión que una parte importante de la
sociedad tiene con respecto a la inmigración y el trato al que son sometidos.
En resumidas cuentas, el trabajo sería sobre la inmigración extranjera en
España desde los años noventa hasta 2015, incluyendo la actual crisis de
refugiados procedentes de la guerra civil siria en la que han abandonado ese
país más de cuatro millones de personas convertidas en refugiados y casi ocho
millones de desplazados internos.
En
dicho trabajo debo reflejar el comienzo de una tibia inmigración a mediados de
los noventa y que comienza a crecer mucho más deprisa a partir del año 2000, me
interesan mucho todos los datos objetivos, todos los números, datos y tablas,
pero el objetivo básico de ese trabajo ha de centrarse en la sociedad española,
en la forma de acoger a esos inmigrantes, como ha calado buena parte de la
propaganda ultraderechista, “los españoles primero”, en buena parte de la
sociedad, el ¿por qué se tiene la sensación de que los extranjeros obtienen
mayores beneficios sociales que los españoles?, el desprecio a éstos en tiempos
de crisis por la competencia por los trabajos menos cualificados y en resumidas
cuentas, el miedo al distinto, el miedo a su cultura y en muchos casos el
desprecio y el odio hacia los inmigrantes. Pretendo realizar una comparativa
entre lo que fue el nazismo y los distintos fascismos en los años treinta del
siglo XX, sus reminiscencias dentro de la próspera Europa posterior a la
Segunda Guerra Mundial y el mantenimiento de las ideas xenófobas y racistas,
especialmente dentro de la dictadura franquista y sobre todo, la comparativa
con el momento actual, todo el proceso de inmigración que ha ocurrido en
nuestro país y la evolución de nuestra concepción de los inmigrantes, así como
la mayor, menor o nula aceptación de los extranjeros, dependiendo de su cultura
o su procedencia. Todo ello, debe ser observado, teniendo en cuenta el tema
central del documental “El tren de la memoria”, el trato ofrecido a los
emigrantes españoles en Alemania, su evolución durante los años sesenta y el
momento en el que llega la crisis en 1973 y la reaparición de los neofascismos
o neonazismo, así como la continuación en España del pensamiento
ultraderechista avalado por una dictadura que inició su andadura de la mano del
fascismo italiano y el nazismo alemán y que se consolidó en el tiempo hasta la
muerte del dictador en el año 1975.
Las
conclusiones más importantes a las que se puede llegar después de ver este
documental es la manipulación mediática que pretende justificar tanto la
explotación alemana de la clase obrera, en este caso, de los inmigrantes
españoles, así como la vergüenza de la dictadura franquista y la miseria de un
país, España, del que tienen que emigrar más de 2.000.000 de personas
procedentes del campo.
José Luis Romero Carretero.
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