La definitiva derrota del fascismo en la
Segunda Guerra Mundial supuso la emergencia de la derecha democrática en Europa
y fue un momento en el que se percibió que esa victoria haría caer al régimen
franquista que tuvo que evolucionar y desentenderse de todas las
características que le unían al fascismo. De esa forma, tras la derrota del
Eje, Franco debió intentar acercarse a las democracias occidentales a través de
la Iglesia Católica y de su anticomunismo. De todas formas, el aislamiento
internacional a que se vio forzado el régimen no se hizo esperar, impidiendo su
acceso a la ONU, con la frontera de Francia cerrada y con numerosos
diplomáticos que abandonan sus embajadas. No sería hasta 1952, cuando la nueva
situación de Guerra Fría y el conocido anticomunismo del régimen lo que le
haría ir recuperando una apertura y aceptación internacional, especialmente por
parte de Gran Bretaña y EEUU y sobre todo a partir del Concordato de 1953.Según la Asamblea General de la ONU, el Consejo de Europa
y el Parlamento europeo, el régimen de Franco, sería un sistema fascista,
organizado e implantado en gran medida por la ayuda de la Alemania nazi y de la
Italia fascista.
La naturaleza del franquismo
va a venir marcada desde su origen por las distintas familias que apoyaron el
levantamiento militar aunque conservando, eso sí, el carácter militar de
quienes le llevaron a cabo.
Sería el General Francisco Franco, el que se encargaría
de arbitrar entre las distintas derechas que aglutinaba la dictadura, siempre
con los militares en situación privilegiada. En un primer momento, va a ser el
falangismo el que va a influir de forma importante en el régimen gracias al
predominio del nazismo y el fascismo en los primeros años de la Segunda Guerra
Mundial y a la decisiva ayuda recibida por ellos durante la Guerra Civil. El
régimen cambiaría su imagen externa, escondiendo la parte más dura del
falangismo cuando termine la guerra y la victoria sea para los aliados y las
democracias occidentales contra el fascismo. Ahora se intentaría dar una imagen
católica del régimen y mostrar sus aspectos anticomunistas ya que rápidamente
se impondrá la Guerra Fría contra el antiguo aliado Stalin y la URSS.
El máximo representante del intento de fascistización del
régimen fue Serrano Súñer, dirigente del partido y Ministro de Gobernación y de
Exteriores, especialmente en 1940 y hasta 1942 en el que comienza el viraje del
régimen con la destitución de Serrano Súñer y el enmascaramiento de la ideología
fascista debido a los progresos de los aliados en la II Guerra Mundial. En
Francia, en el verano de 1942 se constituyó Unión Nacional Española (UNE)
dirigida y formada por comunistas que actuaría en el sur de Francia, enviaría
cuadros de mando clandestinos a España para organizar una insurrección nacional
y formaron guerrillas, llegando a invadir con tres mil guerrilleros el Valle de
Arán en 1944.
De todos modos, los éxitos hay que tomarlos con
moderación, tanto EEUU como Reino Unido se desentendieron de la causa
republicana española y Churchill fue más allá sintiéndose comprensivo con la
dictadura franquista, aunque el jarro de agua fría para quienes aspiraban a la
destrucción de la dictadura, llegaría en 1950 con la retirada de la resolución
condenatoria a la España de Franco por parte de la ONU y la vuelta de los
embajadores y restablecimiento de las relaciones internacionales debido,
principalmente al cambio político internacional y la aparición de dos bloques
militares y de la guerra fría en la que Franco podía ser un aliado provechoso
debido a su marcado anticomunismo pero sobre todo, por la situación
geoestratégica de nuestro país. Evidentemente, si hacemos un recorrido a lo
largo de la dictadura, la política interior, vendría marcada en una alto grado
por la política internacional y eso mismo es lo que irá marcando los cambios en
la evolución del régimen franquista. Me parece, muy importante y en un momento
crítico, la propuesta antisoviética que hizo Franco a Churchill en 1944 cuando
el fin de la guerra estaba cerca y un nuevo orden internacional se estaba
constituyendo. Sería un largo trabajo diplomático que culminaría a inicios de
los años 50 cuando se levantó la condena internacional al franquismo y
volvieron a establecerse relaciones diplomáticas, se concretaría en el primer
tratado internacional, el Concordato con la Santa Sede en 1953 y los primeros
acuerdos con EEUU y culminando con su aceptación en la ONU en 1955.
Hasta el fin del ostracismo que se
impondrá en la década de los cincuenta las relaciones con los diversos países
europeos serán muy frías y distantes, excepto con la dictadura salazarista de
Portugal. Francia había cerrado la frontera y apoyaba decididamente a las
instituciones republicanas en el exilio, con Gran Bretaña existían tensiones
con respecto a Gibraltar y con Alemania continuaba el bloqueo de bienes
decretado por los aliados en 1945. Además, Salazar, aún teniendo cordiales
relaciones con la dictadura franquista y compartir con esta la forma de
gobierno mientras en el resto de Europa era el “amanecer” democrático, sus
políticas eran bien distintas. Portugal iba a mantener sus buenas relaciones
con Gran Bretaña.
Con respecto a las relaciones con los
países árabes fueron bastante fructíferas. Sería Martín Artajo, ministro de
exteriores, el encargado de llevar a cabo esta política de acercamiento al
mundo árabe que tendría una buena aceptación por parte de estos en general,
aunque la independencia de Marruecos en 1956 y las disputas con Francia
llevarían a una relación tensa con Muhammad V por cuestiones territoriales. En
base a este último aspecto, hay que tener en cuenta que Franco era un militar
africanista. Estas buenas relaciones hay que tomarlas con precaución. Es cierto
que en un primer momento, fueron esos países árabes los que primero aceptaron
la España de Franco, su retórica antiliberal y anticomunista, y fueron ellos
los que primero rompieron la imposición de la ONU de no enviar diplomáticos a
España, habiendo votado también en contra de la condena de la ONU al régimen
franquista.
De todos modos, la utilidad de las
relaciones con los países árabes fue momentánea, durante los momentos más duros
del ostracismo español ya que España, rápidamente buscó y encontró con el
primer conflicto grave de la Guerra Fría, la guerra de Corea, un aliado más
poderoso, EEUU, lo que dificultaría y enrarecería las relaciones con los países
árabes. Es cierto que en la Guerra de los Seis Días, España apoyó a la Liga Árabe
contra Israel a la vez que la cuestión de Marruecos era apoyada por EEUU en
contra de los intereses españoles.
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